¿Es suficiente una segunda lengua?
- Anderson E. Ocampo
- 31 dic 2021
- 2 Min. de lectura

Una de las personas a las que yo llamo mentores a distancia es John C. Maxwell. Durante una temporada en mi vida leía sus libros y escuchaba sus conferencias en mi iPod prácticamente diario, una de sus citas que más me gusta es:
"Alguien con talento, pero que carece de disciplina es como un pulpo en patines"
Imagínate a un pulpo sobre ruedas.
Con el pasar de los años he visto amigos que llevan casi una década trabajando en una organización. Ellos, aunque insatisfechos con sus pagos o con lo que hacen, temen lanzarse a al cambio por temor. A veces esos temores son acumulados por años, una forma de pensar en ocasiones heredada por el "jubilarse en una buena empresa", algo muy común en la era industrial. Lo cierto es que este miedo genera una sensación de estar obsoleto, un miedo que estanca.
En mi caso, y más recientemente en los últimos 2 años, he tenido que dar un giro a mis metas profesionales y, una segunda lengua me ha abierto posibilidades. Cuando estos amigos ven mi proceder desde la distancia, dicen con un tono algo desmoralizado: "Es que como habla inglés" Sin embargo, ellos no ven más allá de lo evidente.
Una segunda lengua NO es suficiente.
Una segunda lengua abre oportunidades para comunicarse con extranjeros, disfrutar música, películas, leer, y ver el mundo con ojos de otra cultura, para mencionar algunas. Por su puesto, a nivel profesional, típicamente, a uno no lo contratan solo porque hable, lea o escuche una segunda lengua, es necesario e importante dominar algo más. Y ese dominio puede ser de información, manejo de herramientas de internet, habilidades para digitar, y hasta pensar críticamente; matemáticas, gramática y hasta más.
Si uno quiere lanzarse a algo más y tiene la actitud, puede lograrlo y, en esos casos, una segunda lengua sirve de impulso. Ya sea que uno quiera o necesite dar un giro en su carrera, nunca es tarde para ver posibilidades, y una segunda lengua las puede ofrecer.
Si usted habla, lo lee o escucha, tiene posibilidades. Si le gusta, tiene posibilidades. Pero necesitará disciplina conducida por unas ganas de seguir adelante. Por otro lado, no tener una segunda lengua tampoco es razón para quedarte donde estás.



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